Μητροπολίτου Ναυπάκτου και Αγ. Βλασίου Ιεροθέου

Προεκτάσεις στην “Ορθοδοξη Ψυχοθεραπεία” =2=

12. ‘Η φαντασία

Instrucción terapéutica

 Tomo 2º de la Orotodoxa Psicoterapia

por Ierotheos Vlajos

Cap 12 La fantasía

(Es muy importante tener y haber estudiado los términos, si no los tienes me los pides y te los mando, también aceptamos vuestra ayuda para mejorar la traducción, Cristos)

Aquel que quiere sanar sus pazos, es decir, el que quiere metamorfosear, transformar sus pazos y girarlos hacia Dios y sanarse interiormente, es necesario que se libere de la fantasía. Porque para que sea realizado un pecado, lo fantasioso de la psique juega un papel importante. La fantasía forma dentro del hombre el ídolo (reflejo, espectro) de la persona o de la cosa y a continuación promueve la ηδονή (hidoní, placer o voluptuosidad) en capturar el nus del hombre y él capturado ya comete el pecado. Por eso debemos estudiar el gran interés que tiene la fantasía sobre la vida pecaminosa (enfermiza); y también de la gran importancia que tiene la liberación de la fantasía, para que el hombre pueda caminar a la vida en Cristo. Es uno de los temas fundamentales de la ascética de la Iglesia Ortodoxa. Los santos Padres, que son científicos del camino de la ascesis, nos ayudan a ver este tema claramente.

Qué es la fantasía

Debemos determinar exactamente qué es la fantasía y examinar su carácter y sus movimientos.

San Juan el Clímaco define la fantasía de la siguiente manera: “Fantasía es el engaño de los ojos en una diania (mente, cerebro) dormida; fantasía es éxtasis (extensión) del nus en cuerpo despierto; fantasía es teoría sin hipóstasis (base substancial)”. Realmente la fantasía es una visión que no tiene hipóstasis (base substancial), ninguna base. Y se activa sobretodo cuando la diania está inactiva. Esto se ve claramente de los sueños, cuando la diania (mente, cerebro) del hombre no está en alerta y en vigilancia. Pero también la fantasía se presenta cuando el hombre está despierto, y entonces es posible que alucine. Esta situación y energía de la fantasía, la examinaremos en otro párrafo. Aquí simplemente la definimos.

Debemos hacer discernimiento claro. Una cosa es lo fantasioso de la psique y otra la fantasía. Lo fantasioso o parte fantasiosa es la dinamis (fuerza, potencia) de la psique, mientras que la fantasía es la energetización de lo fantasioso. Lo fantasioso está entre el nus y los sentidos. No es energía pura del nus, tampoco energía de los sentidos. San Gregorio Palamás escribe: “Y esto, lo fantasioso de la psique, en el animal lógico es el confín entre el nus y los sentidos”. Así pues, según el Santo, lo fantasioso es el confín entre el nus y el sentido (sentimiento o sensación), y las energías de lo fantasioso; las fantasías, no habían al Adán antes de la caída, tal como veremos más abajo. San Máximo el Confesor, comentando a san Dionisio el Aeropayita, escribe que una cosa es la fantasía y otra la noesis (comprensión). Esta diferencia se ve de las diferentes energías. Porque, “la noesis-comprensión es energía y generación; en cambio la fantasía es pazos e impresión enunciativa de algo sensible o de algo como sensible”. De modo distinto, la noesis es la energía del nus que tiene relación con un concepto y significado; en cambio la fantasía es pazos y protiposis (pre-figuración) de una cosa sensible. Esto indica la diferencia entre noesis-comprensión y la fantasía.

Debemos de considerar que el Cristo humanizado, tomó la psique y el cuerpo entero, padeciente y mortal, pero sin el pecado. Esto significa que tomó el estado natural del hombre de antes de la caída, pero sobre el resultado (corrupción, mortalidad) tomó el estado post caída. Por eso el Cristo con Su humanización, aunque tomó lo logístico (lógico), lo anhelante (voluntad, deseo) y lo irascible (o emocional, afectivo) de la psique, por lo tanto, también lo fantasioso; a pesar de eso, lo último estaba inactivo, no operaba, es decir, no tenía fantasía. San Nicodemo el aghiorita presenta la opinión del Georgios Cartesios que dice: “Las fantasías en el nus de Cristo estaban inactivas”.

Esto indica que la fantasía es un fenómeno post-caída. Al principio el hombre no tenía fantasías. Esto lo analiza más exhaustivamente san Máximo el Confesor, cuando dice que el hombre en principio no fue creado para tener ηδονή hidoní (placer, voluptuosidad) y οδύνη (odini, angustia, dolor); tampoco olvido e ignorancia en la psique; ni fantasía en el nus. Todo esto es causa de la caída, por eso hace falta liberación de estos. Esto san Máximo lo tiene en cuenta, cuando en su enseñanza sostiene que: el que se ha liberado de la hidoní (placer, voluptuosidad) y odini (angustia, dolor), adquirió la catarsis (sanación) del corazón; y aquel que se ha liberado de la ignorancia y del olvido, tiene memoria perpetua de Dios; por lo tanto vive la iluminación del nus; y aquel que se ha liberado de las figuras, espectros y fantasías, ha llegado a la teología mística. Esto significa que teólogo es aquel que se ha liberado de la fantasía y los ídolos (reflejos, espectros). Porque con la fantasía y los ídolos-espectros es imposible para el hombre teologizar con certeza y sin engaño, es decir, inspirado por el espíritu divino, tal como enseñan los santos Padres de nuestra Iglesia.

Con este sentido tenemos que ver la enseñanza de los santos Padres: que la fantasía es una fuerza natural de la psique, pero después de la caída. Desde que el hombre ha caído en la vida carnal del cuerpo, se alejó de Dios; desde entonces lo fantasioso de la psique opera, por lo tanto es fuerza natural de la psique y se encuentra entre el nus y el sentido (lo sensitivo). Sólo el santo quien ha llegado a la zeoría (contemplación, expectación divina) se libera de las fantasías. Así, pues, la fantasía en el hombre post-caída es un estado natural. Sólo en este sentido podemos ver el pasaje de san Cálistos y san Igntio los Xanzópulis: “La psique por sí misma tiene por naturaleza lo de fantasear”. La psique tiene cinco fuerzas y energías: nus (espírtu o energía del corazón), diania (mente, intelecto), doxa (opinión), fantasía y sentido (sentimiento o sensación), tal y como exactamente el cuerpo tiene los cinco sentidos físicos. Lo mismo sostiene también san Gregorio el Sinaíta. De toda la tradición ascética ortodoxa se propone que no busquemos en recrear la imagen (icona) de Dios, si antes no hemos sanado, limpiado lo fantasioso de la psique y no nos hemos liberado de la maldita fantasía. Por eso el nus, durante la oración, tiene que estar sin ideas, ni imágenes y sin fantasías, de modo que nos protejamos a nosotros mismos de la creación de ídolos (figuras, reflejos, espectros) sobre Dios.

Realmente la fantasía, esta energía nefasta, según los santos Cálistos e Ignacio, los Xanzopuli, se opone a la oración pura y cordial y al trabajo uniforme e inequívoco del nus. El hombre no sólo no puede teologar, sino tampoco puede orar con el corazón, si antes no se ocupa por la metania y la catarsis (sanación) para librarse de la maldita fantasía.

Tal y como se ha dicho antes, el Cristo no tenía fantasías, aunque disponía de lo fantasioso. El hombre después de la caída tiene muchas fantasías que se convierten en su estado natural. Pero debemos apuntar que fantasía, además del hombre también tiene el diablo. Exactamente por esta razón, la fantasía es un buen conductor y receptor de la energía demoníaca y por ella el diablo entrampa al hombre. La fantasía es el puente entre el hombre y los demonios, por ella se introducen los demonios y le molestan. Los santos Kálistos e Ignacio los Xanzópulis escriben: “La fantasía es el puente por el que se comunican y se mezclan los demonios con la fantasía y convierten al hombre en casa de conceptos infructuosos, sucios, apasionados y malignos”.

Según san Máximo, la fantasía y todas las imágenes que ofrece al hombre, son filos de la energía visual de la psique. El hombre que tiene estos filos, es imposible ver a Dios e informarse de la enseñanza sobre Él y las cosas divinas. Estos filos, que se asientan en la psique con sus impresiones e ideas, impiden la psique llegar a la verdad y conocer la voluntad de Dios. Por eso san Máximo enseña que cuando el nus expulse las ideas y las imágenes que son resultado de las fantasías, entonces se convierte en teólogo verdadero, seguro e inequívoco. De otro modo puede teologizar por la influencia de los demonios, porque mediante la fantasía los demonios le pueden ofrecer ideas sobre Dios y las demás verdades de la Fe. Por eso los santos Padres dicen que uno debe liberarse de estos filos que cubren la parte contemplativa de la psique, además los santos teologizan por atracción y experiencia no aristotélicamente, es decir, teologizan con el corazón sano, limpio y unido a la jaris (divina energía increada) y no con la fuerza de la diania (mente, intelecto, cerebro).

A pesar de que la fantasía es una, se divide en tres partes o grados.

La primera es la escenificación de las percepciones, que hace sensible la percepción, es decir, es la capacidad de hacer las ideas y las percepciones en figuras o escenas sensibles.

La segunda es la re-figuración de los restos quedados, es decir, volver a escenificar, refigurar las imágenes que ofreció el primer caso.

La tercera parte es cada hedoni (placer, voluptuosidad) y tristeza, angustia o dolor que provienen de la existencia de estas imágenes que ofreció la percepción dentro de la parte fantasiosa de la psique. (Kálistos e Ignacio, los Xanzópuli).

De otro modo, las tres divisiones de la fantasía son: a) el poder de concepción e introducción en nuestro interior de una imagen; b) la permanencia de esta idea o imagen en lo fantasioso de la psique; c) es el placer o la tristeza, angustia o dolor que se produce de las imágenes visibles buenas o malas, que permanecen dentro de lo fantasioso de la psique.

Puesto que al hombre, lo fantasioso es fuerza natural y como las fantasías son filos que cubren la parte contemplativa de la psique después de la caída, por esta razón también el nus está en su estado natural, cuando se haya liberado de cada clase de fantasía. Tal como enseña san Hisijio el Presbítero: “El nus está en su estado natural cuando en su corazón no tiene fantasías, entonces está preparado para moverse para cada zeoría (contemplación) grata, espiritual y divina”.

Por eso, en cuanto enfermo está el hombre espiritualmente, tanto está dominado de toda clase de fantasía. En cuanto está liberado de las fantasías, tanto está saludable espiritualmente. Aún hasta los llamados hoy día problemas psicológicos, se crean y continúan existiendo en nuestra psique por las fantasías. En cuanto el hombre se libera de la presión y dominio de ellas, tanto se sana de varios problemas psicológicos. Por eso san Casiano el Romano, enseña que la señal de que el hombre ha adquirido la virtud de la santidad y de la modestia es que no se fije en ninguna fantasía, aún hasta cuando duerme.

Está claro que el que hayan sueños pecaminosos, cuando estamos dormidos, no es pecado. Esto es una señal de que la psique está enferma y no se ha sanado, ni liberado del pazos. Por eso, tal como enseña san Casiano, las fantasías indecentes que se presentan en sueño, cuando estamos durmiendo, debemos creer que son de la negligencia y la enfermedad de la psique. Para los sueños hablaremos en otro capítulo más abajo.

Generalmente debemos sostener que la gnosis pura (increada) de Dios no tiene ninguna relación ni lugar con la fantasía. La gnosis increada de Dios es superior de toda idea y concepto. Es zeoría, contemplación o expectación que llega en aquel nus que está liberado de la fantasía.

Clases o tipos de fantasía

Anteriormente hemos visto las tres energías de lo fantasioso. En esta unidad examinaremos los tipos de la fantasía, es decir, los distintos niveles en los que ella trabaja o mejor dicho, distinguiremos las diferentes imágenes que la fantasía ofrece al hombre.

Sofronio el athonita en su interesantísimo y muy espiritual libro sobre “San Siluan el athonita” se refiere a cuatro tipos o clases de fantasías.

El primer tipo de fantasía conecta con la energía de los pazos gordos carnales. El hombre que se encuentra en este estado recibe continuamente imágenes y fantasías sobre los pazos carnales. El asceta lucha contra estas fantasías para poder liberarse y adquirir la gnosis (increada) de Dios.

El segundo tipo de fantasía es la ensoñación. Este tipo de fantasía conecta con las imágenes del mundo real. Por ejemplo un pobre se imagina a sí mismo como rey, profeta o gran científico.

El tercer tipo de fantasía es la llamada creación cultural y artística. El hombre utiliza la capacidad de la memoria y la representación, y así puede pensar para encontrar una solución de un problema, por ejemplo, técnico… Este tipo de trabajo del nus que es acompañado de la fantasía es muy importante para la cultura y es un elemento indispensable para la estructura de la vida.

El cuarto tipo de la fantasía es la llamada creación teológica. Es el intento de la lógica en penetrar en los misterios del ser y captar el mundo Divino. Estas tentativas están acompañadas inevitablemente de la fantasía, que muchos se gustan en llamarla con el nombre altísimo de creación teológica.

Aquí en este párrafo no nos referiremos en la manera que nos liberarnos de los cuatro tipos de fantasía. Eso lo haremos en otras unidades. Aquello que querría observar es que el hombre, particularmente el monje, al principio lucha duramente para liberarse del primer tipo de fantasía y después avanza hacia las otras tres. Evita toda meditación y ensoñación; evita de meditar sobre varios temas o estudiar ideas sobre el Dios. El hombre no puede adquirir oración noerá o cordial y gnosis de Dios, cuando utiliza como órgano la parte fantasiosa de la psique. Sólo la profunda catarsis, sanación de lo fantasioso por la metania, ofrece la gnosis verdadera de Dios.

Pero el cristiano que se encuentra al mundo, debe como sea, liberarse de los primeros tipos de la fantasía, evitar de cualquier manera las ensoñaciones que crean muchos problemas psicológicos; y también delimitar mucho el tercer tipo que se llama creación cultural y artística. Y cuando intenta crear algo, debe más bien copiar, tal como hacen los monjes aghiografiando o pintando iconos. También debe evitar la ocupación intelectual sobre el Dios. Lo único que puede hacer es utilizar la enseñanza de los Padres santos sobre Dios. Que no se atreva decir opiniones suyas, sino que presente la enseñanza de los santos Padres sobre Dios y sobre temas de la vida espiritual.

Es muy característico, que estudiando varios libros de literatura, se aumenta y se afecta la parte fantasiosa de la psique; en cambio estudiando las obras de los santos Padres lo fantasioso se crucifica. Esto indica que los santos Padres hablan sin fantasía, puesto que han adquirido salud espiritual. Una manera de liberación de la fantasía es mediante la oración y el estudio de varias enseñanzas y homilías de los santos Padres.

Pero sobre esto nos referiremos en otro capítulo. Debemos observar que en los principiantes de la vida espiritual la existencia de la fantasía no es un engaño, sino la permanencia por mucho tiempo en ella; en la vida espiritual la fantasía es causante de muchas anomalías psicológicas.

Manifestaciones de la fantasía

En esta unidad debemos localizar el cómo se manifiesta la fantasía al hombre, cómo se presenta y cómo se desarrolla. Veremos también las causas que afectan, irritan lo fantasioso de la psique.

Los sentidos desempeñan un papel importante. La mayoría de las veces la fantasía es elaboración de imágenes producidas en nuestro interior por los sentidos. Son imágenes que provienen de la realidad sensible. San Máximo enseña que el nus vicioso, movido por el cuerpo mediante los sentidos, en deseos e hidonés (placeres), sigue y condesciende las fantasías e impulsos del cuerpo. Así que el nus es condesciende a las fantasías, cuando el cuerpo se mueve por los sentidos. Vemos el objeto, lo deseamos, sentimos la hidoní (placer) y se crea la fantasía. También la memoria de un rostro, cosa u objeto irrita la fantasía. Mientras esto lo hace el nus vicioso, el nus virtuoso en cambio se autodomina y se abstiene de las fantasías malignas y viciosas.

Tal como enseña otra vez san Máximo, cuando el hombre padece de ciertas cosas y adquiere el pazos pasión para una persona o cosa, es natural que tenga y sea rodeado de fantasías malignas y viciosas. También san Gregorio Palamás enseña que lo fantasioso de la psique se familiariza con las imágenes por los sentidos. Así que la culpa no es de los sentidos, sino que de los sentidos se imprimen en lo fantasioso de la psique y se hacen visibles, oídos, saboreados, olidos y palpables.

Con los sentidos están conectados también los loyismí (pensamientos, ideas simples o compuestos con la fantasía, reflexiones, meditaciones). Por eso, las fantasías vienen en nuestro interior también por los loyismí. San Hisijio el Presbítero dice que: “todo loyismós se introduce al corazón por la fantasía de las cosas sensibles”. Y san Gregorio el Sinaíta dice: “las causas de los pazos son los pecados por la praxis, acción; las causas de los loyismí son los pazos y las causas de las fantasías son los loyismí”. Es decir, de los pecados que se comenten continuamente por el hombre se crean los pazos; a continuación los pazos crean muchos loyismí, puesto que según los tipos de pazos que tenemos se mueven también los correspondientes loyismí, y a continuación los loyismí crean las fantasías.

Está claro, según san Gregorio el Sinaíta, que durante la activación de la energía de los pazos por los loyismí, unos preceden y otros siguen. Es decir, unas veces preceden los loyismí y después las fantasías y otras viceversa. Lo último se hace más escasamente. De todos modos el hecho es que los loyismí conectan estrechamente con las fantasías. Además, según san Cálistos y san Ignacio los Xanzópulis, cada loyismós es fantasía al nus de una cosa sensible. Cada loyismós es combinación de imagen y pensamiento. No es sólo un simple pensamiento, sino conexión segura también con la fantasía.

Así que tiene gran importancia el estado del loyismós que existe o domina en nuestro interior. Si el loyismós es satánico, envenena a nuestro organismo espiritual entero. Si el loyismós es divino, crea en nuestro interior salud espiritual. En cualquier caso el loyismós se compagina con las fantasías buenas o malas.

Puesto que los sentidos y los loyismí conectan estrechamente también con los pazos, podemos sostener que las fantasías también provienen y se manifiestan de los pazos. San Nilos el Asceta localiza este punto tan serio: Cuando el hombre ha cortado, dejado los pazos y no está en nipsis y se mantiene en negligencia, entonces como brotes otra vez vienen las antiguas imágenes de las fantasías. El que no hace nipsis y no está en alerta, éste crea las condiciones para que sean introducidos nuevamente los pazos por estas imágenes. Así pues, entendemos que los pazos crean las fantasías y ellas crean las condiciones para que vuelvan de nuevo los pazos.

Pero como de todos los pazos, el mayor y más terrible es el orgullo o la soberbia, por eso recalcamos que la fantasía conecta mucho con la soberbia. El hombre soberbio tiene enferma la parte fantasiosa de su psique. Lo fantasioso de éste es adicto, capta todo tipo de imágenes y fantasías y convierte la psique en una región sísmica.

Las fantasías se manifiestan también con los sueños. Allí principalmente dentro de la psique se ve la existencia de imágenes. También los psiquiatras contemporáneos han localizado esta realidad. San Diadoco de Fótica, dice que los sueños no son otra cosa que reflejos o espectros de los loyismí engañosos, autoengaños y burlas de los demonios. La mayoría de los sueños son resultado de la fantasía que proviene del desarrollo y existencia de los pazos. Por eso los que se ocupan de la adquisición de la virtud, procuran no convencerse de ninguna fantasía. San Máximo dice que cuando el deseo aumenta los materiales que provocan hidonés (placeres), entonces cuando el hombre está durmiendo el nus fantasea y sueña. No son independientes los sueños que son fantasías de los pazos existentes. Por eso de las imágenes de las fantasías podemos discernir los pazos que tenemos.

Nos habíamos referido anteriormente que fantasía tiene el diablo y el hombre, puesto que ella es el resultado de la caída; y también de la parte fantasiosa de la psique el hombre recibe la energía satánica. Así se ve que por la fantasía el diablo nos engaña y que muchas imágenes son resultado de la energía satánica. San Hisijio el Presbítero dice que el maligno es nus, es incorpóreo y no puede de otra manera engañar las psiques sino con la fantasía y los loyismí. Continuamente irrita la parte logística y la parte fantasiosa de la psique. Y muchos pecados son resultado de la energía operativa del diablo.

Resultados de la fantasía

De lo que nos hemos referido hasta ahora, creo que se ha hecho claro que la fantasía cultivada continuamente provoca muchas anomalías en nuestro organismo espiritual. En cada pecado casi se esconde el fervor de ella. Ella es la fuente principal de la anomalía, enferma toda la psique, la hace corromperse y desgastarse continuamente. A continuación me gustaría localizar dos grandes resultados terribles de la fantasía.

Lo primero es que pervierte la vida espiritual entera y conduce al hombre a la autodeificación. El athonita Sofronio de Essex dice: “Tanto las imágenes inspiradas por los demonios, como las que inventa el mismo hombre, pueden influenciar a los hombres transformándoles o metamorfoseándoles; De todos modos una cosa es inevitable: cada imagen que es aceptada de la psique, sea creada por el hombre, sea inspirada por los demonios, pervierte la forma espiritual del hombre, quien está hecho “como imagen y semejanza de Dios”. La energía fantasiosa conduce a su extremo desarrollo que es la autodeificación de lo creado, es decir, el reconocimiento de principio divino en la misma naturaleza del hombre. Por esta razón la religión física o natural, es decir, la religión de la lógica humana, desgraciadamente toma carácter panteísta (todo dios)”.

Realmente se pervierte toda la vida espiritual. Puesto que los loyismí juegan un papel importante en el estado espiritual del hombre, es de esperar que los loyismí que conectan con la fantasía, y sobre todo de la demoníaca, perviertan toda la vida espiritual. El hombre llega hasta el punto de reconocer en su interior elementos de deidad; y ya que reconoce en las cosas creadas elementos de deidad, en realidad es panteísta. Todas las ideas que tenemos y las adoramos, dan este carácter panteísta. La auto-deificación es el mayor pecado. En esta ha caído Adán, con el resultado de pervertir toda la vida interior y exterior, con tantas consecuencias terribles. La auto-deificación, es decir, el reconocimiento de un principio de deidad en nuestro interior, es en realidad una nueva caída adámica. En esta categoría están también las contemporáneas religiones físicas, naturales con sus meditaciones, el yoga, etc.

El segundo resultado, que es la combinación del anterior, es que la fantasía crea muchas anomalías psicológicas, que llagan a ser hasta alucinaciones, falsas ilusiones y autoengaños. Cuando el hombre cultiva intensamente encantamientos o ensoñaciones, aunque sea para situaciones espirituales, y especialmente cuando permanece por muchos años en este trabajo, entonces se pervierte su vida espiritual entera con intensas anomalías psíquicas y patológicas. En este punto llega el hombre con la llamada meditación. El athonita Sofronio de Essex nos dice: “El hombre utilizando su fantasía crea en sus nus imágenes, supervisiones ilusorias de la vida de Cristo o de otros espectros divinos. En este proceso recurren los principiantes o los ascetas sin experiencia. El que hace este tipo de oración “fantasiosa”, no encierra su nus al corazón a favor de la nipsis interior; sino que fijándose en la parte visible e ilusoria de las cosas divinas, tal como él mismo se imagina, se conduce a sí mismo en estado de irritación psíquica, que en caso de intensa concentración puede llegar hasta la peculiar éxtasis patológica. Se alegra de sus logros, se dedica en estas situaciones, las cultiva, las considera espirituales, altas y producidas por la energía de la jaris (energía increada); y tiene la idea que el mismo es santo y espectador de los misterios de Dios; y al final llega en alucinaciones y enfermedades psíquicas o en el mejor de los casos, permanece en el engaño, pasando su vida en un mundo fantasioso”.

Así se crea el engaño y la herejía que es una situación demoníaca. Y tal como se ve de todo esto que nos hemos referido, entonces el hombre está enfermo psíquicamente. Por eso cada engañado y herético que cultiva su fantasía está enfermo psíquicamente. Esto consiste la necrosis de la psique. San Gregorio el Sinaíta: “Cuando el nus fantasea, pierde el pequeño estado divino que se le ha dado y se convierte en cadáver o muerto de todo. Por eso hay un miedo grande que sea privado de la poca Jaris que tiene; y también puede perder sus frenos (mente y nus). Engañado de la fantasía muchas veces se vuelve loco, y entonces éste llamado hisijasta se convierte en “fantasiasta” y no en verdadero hisijasta.

La tradición monástica conoce muchos casos de este tipo de ascetas que se llaman engañados; porque no tuvieron cuidado del gran tema de la fantasía. Han perdido su sanación y salvación y también sus frenos. Aún en la sociedad vemos muchos de estos casos. Encontramos hombres que cultivan intensamente lo fantasioso de la psique y tienen conflictos y perturbaciones interiores. Porque la enfermedad de los nervios, la locura de la mente es muestra claramente de desarrollo y exaltación de lo fantasioso de la psique.

El abad Pimín dice que conoce un monje que fue tan atacado por el diablo mediante la fantasía que vio a un hermano pecando con una mujer. Y cuando se acercó a tocarlos con la mano para que cesaran, entonces aparecieron cocos de trigo. Allí no había hombres. Eran imágenes de demonios.

El abad Elías dice que vio a un hombre robar vino. Pero entendió que era energía satánica y enseguida rogó a su hermano que le mostrara lo que tenía dentro del saco. Y realmente no había nada. Así comprendió la energía y acción de los demonios.

Está claro que de estos dos ejemplos no se ve que Pimín y Elías llegaron a este tipo de ejemplos por sus propios éxtasis de los frenos (mente y nus) a causa de la exaltación de sus fantasías, sino que era energía pura demoníaca. Pero me he referido a esto para indicar que es posible no sólo de energía y acción satánica, sino también de la exaltación de la fantasía, podemos ver cosas inexistentes. Tener alucinaciones, autoengaños y falsas ilusiones. Tal como el narcómano, el alcohólico, tiene muchas falsas ilusiones y autoengaños, así también el poseído de la fantasía ve cosas inexistentes y tiene muchas falsas ilusiones.

Fantasía y oración

Ahora vamos al tema de la relación entre fantasía y oración. Antes hemos contado algo, pero haremos un análisis mayor.

La oración, y especialmente, la llamada oración καθαρή (kazarí, limpia, transparente, pura, cordial), debe estar liberada de la fantasía. El nus que fantasea es incapaz de hacer oración pura y clara. La oración del que fantasea está sucia, llena de imágenes y fantasías.

La fantasía resiste en la oración pura y al trabajo limpio, puro y sin engaño del nus, tal como dicen los santos Cálisto e Ignacio los Xanzópulis. Los santos Padres enseñan que los que quieren orar, no deben crear imágenes sobre el Dios y el nus debe permanecer limpio e inmaterial. Sólo entonces se podrá realizar la oración cordial, pura y limpia.

San Nilos el Asceta sugiere: “Durante la oración, estate en vigilancia y guardia, protegiendo tu nus de pensamientos”. El mismo aconseja: “En tiempo de oración no aceptes ninguna imagen o forma”. En otro punto dice: “no debemos formar a Dios en nuestro interior y no dejes entrar ninguna forma o figura”.

Sobre todo hace falta mucha atención, cuando durante la oración sentimos deleite. Principalmente la fantasía se desarrolla a los que viven juntos y oran conjuntamente con toda la comunidad. San Juan el Clímaco dice que uno es el deleite de los que viven en compañía y otro para los que oran “durante la hisisjía”. En el primer caso quizás se fantasea un poco, el segundo está lleno de humildad y serenidad. Por eso la más adecuada oración es “Señor Jesús Cristo eléisón* me que soy pecador o enfermo”, que se debe decir sin imaginaciones ni fantaseando y en combinación con profunda metania.

*«Κύριε ελέησον» “Kirie eleison” es una calificación general de cada necesidad mía, de cada caso mío, de lo que me pasa y de lo que quiero y como no sé lo que voy a pedir, entonces digo a Dios, eleisón me” o “kirie eléison”, y Él sabe lo que me va a dar. Eléison significa ten compasión, caridad, misericordia, sanación, ayuda, alivio, consuelo.

Conocemos que cuando uno ora claro y puramente, recibe el resplandor y la iluminación de Dios. El resplandor no es otra cosa que la divina Jaris (energía increada), que viene al hombre por la oración clara y pura. San Diádoco de Fótica dice: cuando el nus se encuentra sin pensamientos, sin formas, ni dibujos e inmaterial, libre de todas estas cosas, sólo entonces amanece la bienaventurada luz increada.

Por eso, el que ora debe rechazar y liberarse de todo pensamiento y concepto durante la oración. Y el nus sano, claro, limpio y transparente, se llama trono de Dios (San Cálisto y san Ignacio).

Está claro que los santos Padres aconsejan tener mucha atención en la oración; porque es posible que uno esté orando serena y claramente y a pesar de esto, se vaya acercando una forma o figura ajena y maligna, proviniendo del diablo y obligue al hombre a recibirla y aceptarla como divina, con el resultado de caer en la presumisión, soberbia y orgullo. Esto es una trampa del diablo, y como dice san Nilo el Asceta: “Ten cuidado de las trampas de los enemigos”. Es cierto que lo divino es sin forma y sin cantidad. Existen muchos distintivos y señales con las que se hace el discernimiento entre la zeoría (expectación, contemplación) de Dios y la del diablo. Pero los santos Padres aconsejan que durante la oración no aceptemos ninguna. Sí es de Dios, Él conoce las maneras que nos convencerá.

Y san Juan el Clímaco aconseja: “Durante la oración toda imagen y fantasía sensible no la aceptes, para que no sufras éxtasis”. Tal y como dicen los santos Padres, la Luz increada es sin forma, sin hondas, sin color y uniforme. Pero no creo que debamos ocuparnos sobre este tema en esta unidad.

Fantasía y teología

Nos hemos referido anteriormente que la teología auténtica, clara y pura se desarrolla por hombre que se ha liberado de lo fantasioso de la psique. El que ha pasado primero de la catarsis (liberación de la hidoní, placer y odini, del dolor, sufrimiento, ansiedad o angustia), y después de la iluminación (liberación del olvido y la ignorancia) y se ha liberado de las imágenes de la fantasía, éste ha adquirido la teología auténtica, sana, pura y clara; éste se mueve en la gnosis (increada) auténtica y pura de Dios; de éste, el órgano contemplativo de su psique, se convierte receptor de la divina energía (increada), tal y como dice san Máximo el Confesor.

Como la gnosis de Dios es una expectación, visión de la Luz increada, por eso los santos Padres recalcan: “que la bienaventurada luz de la deidad, cuando el nus se haya liberado de todo, es sin forma, sin figura. Entonces realmente el nus del hombre se encuentra en su estado natural y está preparado para moverse en cada zeoría (expectación, visión o contemplación) espiritual, bella y divina”, (san Hisijio el Presbítero).

Teólogo es aquel que en su interior habita el Espíritu Santo, el Mismo Dios Trinitario. Pero el Dios no habita en templos construidos de la mano del hombre, como dice san Basilio el Grande. Cuando el nus del hombre está merodeando con lo fantasioso de su psique y los sentidos, entonces adquiere una gnosis mezclada. (San Gregorio Palamás).

Es cierto que los Santos Padres hablan de dos tipos de zeorías (contemplaciones divinas) que son: trabajo por admisión y la Jaris y la por imposición. Y sobre todo dicen que la diferencia de uno al otro es como el cielo y la tierra, el día y la noche, tan grande es la diferencia entre las dos. La zeoría más grande es la por admisión, que nace dentro del corazón por el mismo Dios hipostáticamente (substancialmente) y esta energía y Jaris es transmitida también al exterior, al cuerpo. La zeoría por imposición proviene de afuera, mediante la visión de las creaciones de Dios y mediante la contemplación de la gobernante providencia divina. Esta última tiene el carácter de la fantasía. La anterior, es decir, la por admisión, es más alta, es contemplación clara de Dios y se puede llamar teología apofática (sí, lo que no es).

Además, tal como dice san Isaac el Sirio, tenemos dos ojos psíquicos. Con un ojo (mente) vemos las cosas escondidas en la naturaleza (por imposición) y con el otro ojo (nus) contemplamos la doxa-gloria (increada) de Dios, cuando el Dios nos haya conducido en los misterios espirituales, (San Cálistos y san Ignacio los Xanzópulis).

Los Profetas no teologizaban con la fantasía, sino con la apocálipsis (revelación) de Dios al corazón, al nus. El Espíritu Santo habitaba en lo hegemónico de ellos, (al nus como energía, y al corazón como esencia). El Dios no tiene fantasía, como hemos dicho antes. El Dios es Nus puro. Pero algunos éste Nus de Dios le llamaban fantasía. De todas formas hay gran diferencia entre la fantasía de Dios y del hombre.

Generalmente podemos decir que el Dios apocaliptaba, revelaba Sus Misterios en los Profetas dentro en el corazón, en el nus de ellos. La lógica de la mente describe esta experiencia, ayudada de sus estudios adecuados, pero es posible que tenga también elementos fantasiosos. Los teólogos (verdaderos) no fantasean. Y el llamado símbolo en la teología, no es simple símbolo, ni una situación simbólica, sino energía del que ora, que viene de la misma naturaleza del Ser. De todos modos los Profetas y los instructores místicos divinos no imaginan ni fantasean sobre Dios, sino que el Dios se apocalipta, revela en sus corazones.

Liberación de la fantasía

De todo lo referido anteriormente, se ve que es necesario liberarnos de la maldita fantasía, tal y como es calificado y descrito de los santos Padres. Ella crea muchas anomalías al organismo espiritual y al somático (corporal). Intentaremos ver algunas maneras de liberación de esta situación monstruosa y mal formadora.

En principio se requiere lucha contra la fantasía. Es necesario concienciarse para este intento de liberación. Tal y como dice san Nicodemo el Aghiorita: “Al hombre, la fantasía maligna tiene mayor fuerza y dominio que los mismos sentidos”. Porque los sentidos para pecar necesitan también los objetos u otras causas distintas, en cambio la fantasía opera sin los objetos, aún cuando no funcionan los sentidos.

Además, hace falta que no aceptemos para nada las imágenes fantasiosas. Cuando percibimos que actúa lo fantasioso, entonces inmediatamente paramos este trabajo. San Diádoco de Fótica dice: “Para las grandes virtudes, de parte nuestra se requiere que no seamos convencidos por ninguna fantasía”. Los santos Padres aconsejan: “que no sólo no aceptemos nuestros loyismí, aunque veamos con nuestros ojos o escuchemos con nuestros oídos algo, no aceptarlo ni creerlo”. El abad Pimín dice: “aunque lo toquemos con nuestras manos, no hagamos caso”. Intentar, pues, no sólo no aceptar lo que no dicen nuestros loyismí y fantasías, sino negación también de estos mismos sentidos; porque es posible mediante los sentidos tentarnos y molestarnos hasta el mismo diablo.

Y aún estas fantasías diabólicas debemos aceptarlas sin perturbación. Cuando el diablo nos molesta, durante la oración, tampoco entonces debemos perturbarnos. San Nilo el Asceta dice: “aún cuando veas una espada rota en contra tuya o una vela delante de tus ojos o una forma repugnante y sangrante, no os asustéis, ni perturbéis en vuestras psiques. No hace falta para nada la perturbación, sino la buena confesión, es decir, oración a Cristo, y entonces desaparecerá.”

Hay casos, principalmente al principio de nuestra lucha espiritual, que si no podemos rechazar completamente la fantasía, entonces, por lo menos, convertirla, metamorfosearla en buena. Es cierto que esto contiene la tentación de permanecer en este estado y crear otros problemas psicosomáticos. Pero los santos Cálistos e Ignacio los Xánzópuli, nos enseñan que la fantasía debemos expulsarla en su totalidad. Si no podemos hacer este trabajo con la metania, la humildad y la contrición o quebrantamiento del corazón, entonces cambiarla en fantasía decente. Esto se dice con gran precaución y cuando nos encontramos al principio de la lucha espiritual y con la perspectiva de que abandonaremos pronto este método.

Como la fantasía tiene mucha relación con la enfermedad de la psique y con los pazos existentes, por eso su terapia se consigue con el intento de sanar la psique y la liberación de los pazos. Porque, tal como dice san Máximo el Confesor, cuando la psique es gobernada por su salud, entonces también gobierna las fantasías de los sueños y las ve finamente, sin perturbación y con serenidad.

Además, hace falta esfuerzo para vigilar el nus. Esto es lo que en lenguaje del Nuevo Testamento y de los santos Padres, se llama nipsis (sobriedad). San Cálisto e Ignacio los Xanzópuli dicen: “Que el nus, como esencia indivisible, simple e independiente, debemos mantenerle transparente, limpio, iluminante y entero y no dividido por la fantasía”. La guardia y vigilancia del nus es un método muy bueno para la liberación la fantasía. Y un método de nipsis es que vigile y observe intensamente la fantasía, de modo que sin los loyismí de ella no pueda entrar el diablo a crear accesos y engañar el nus (san Hisijio el Presbítero).

El medio más efectivo de liberación de la fantasía es la metania. Sólo dentro de la profunda metania puede el hombre limpiar y sanar lo fantasioso de la psique. La metania es la praxis de la que tanto hablan los santos Padres. “La fantasía es expulsada a causa de la metania y el quebrantamiento del corazón, del luto (pena-alegre) y la conducta humilde”, san Cálistos e Ignacio. La metania conecta con el doloroso esfuerzo y las lágrimas. Las lágrimas queman cualquier consideración humanocéntrica de nuestra vida.

Aún, cuando el hombre lucha por cumplir y aplicar los mandamientos de Cristo, entonces se libera de los monstruosos y deformados estados de la fantasía. La aplicación y cumplimiento de los mandamientos de Cristo, son el esfuerzo de salvaguardar las peticiones de Dios y mediante ellas lograr la zéosis o glorificación.

La metania conecta con la humildad. Más bien, la metania se hace dentro en el clima de la humildad. Por eso decimos, donde existe metania profunda no es posible que progrese la fantasía. La fantasía se desarrolla principalmente por el orgullo, el egoísmo y el presumir o altanería. El orgulloso por costumbre alucina, tiene una gran idea de sí mismo, pone el listón muy alto para lo que quiere realizar y así da una motivación grande para la exaltación de lo fantasioso.

Como muchas fantasías se manifiestan también de los sueños, por eso se aconseja por los santos Padres que hagamos mucha oración antes de dormir. El abad Filimon sugiere: “antes de dormir haz mucha oración con tu corazón… Ocúpate mucho del estudio y los psalmos o cantos divinos antes de dormir… Diga también el Símbolo de la Fe Ortodoxa antes de acostarte”. Mucha oración, estudio de los libros sagrados y recitar el Símbolo de la Fe Ortodoxa puede liberar al hombre de los ataques de la fantasía. Se debe recalcar que el estudio de los escritos de los santos Padres crucifica la fantasía, en cambio el estudio de escritores fantasiosos, apasionados, principalmente de literatura, exalta la fantasía. Por eso los Padres no se ocuparon de la llamada literatura cristiana, las novelas, los cuentos, etc. Porque todo esto exalta la fantasía. Pero también la poesía de los santos tiene los elementos de la metania y la zéosis o la contemplación de Dios. Se ve claramente que en los poemas de san Simeón el nuevo Teólogo existe la apocálipsis-revelación de Dios. No existe ningún elemento de meditación y mezclas fantasmales.

Por encima de todo, la Jaris increada de Dios, venida al corazón del hombre, crea un sentido que le da el poder de discernir la Jaris (gracia, energía increada) de las fantasías indecentes y malignas que son energía satánica. San Hisijio el Presbítero dice: “La psique con la metania es beneficiada y endulzada por la agapi de Jesús. Y ve en su interior espiritualmente a Cristo destruyendo las fantasías de los malignos espíritus y apaciguando al hombre entero.

El tema de la fantasía es muy grande y tiene gran importancia para la vida espiritual. Creo que esto se ha visto por lo que hemos dicho anteriormente. Sólo cuando el hombre se ha limpiado y sanado de la indecente fantasía, puede adquirir sentido transparente, claro y limpio de la vida Ortodoxa y gnosis pura (increada) de Dios. Por cuanto estamos dominados por ella, tanto nos encontramos al mundo de los fantasmas, y no podemos adquirir el sentido claro, puro y sano de la Ortodoxia.

Ojala que el Señor por las intercesiones de la Panayía (santísima, todasanta) y todos los Santos, nos libere de esta enfermedad pesada del espíritu. Así sea, amín.

Μητροπολίτου Ναυπάκτου και Αγ. Βλασίου Ιεροθέου

Ierotheos Vlajos

Traducido por: χΧ jJ http://logosortodoxo.wordpress.com/ (En español)